Esta herramienta gratuita no solo entrega datos técnicos de alta resolución; también abre una discusión urgente:
¿Quién puede captar esa agua? ¿Cómo se regula? ¿Tiene dueño la niebla?
Desde VALNOR, analizamos el impacto de esta innovación desde una perspectiva jurídica y territorial, con especial atención a las oportunidades que se abren para zonas críticas como la Región de Coquimbo.
Coquimbo es una de las regiones más golpeadas por la sequía en Chile. Con embalses al mínimo, pozos profundos sobreexplotados y una presión creciente sobre los sistemas de agua potable rural, el desarrollo de fuentes alternativas como la niebla no es solo deseable: es urgente.
En comunas costeras como La Higuera, Andacollo, Ovalle o Canela, la camanchaca es un fenómeno frecuente. Sin embargo, hasta hoy su captación ha sido limitada por la falta de inversión, infraestructura… y sobre todo por la ausencia de un marco legal claro que permita impulsar proyectos con seguridad jurídica.
A diferencia de las aguas superficiales o subterráneas, el Código de Aguas no contempla explícitamente la captación de agua atmosférica, lo que deja en un vacío normativo a quienes quieren emprender, planificar o incluso postular a financiamiento para este tipo de proyectos.
El mapa viene acompañado de un diagnóstico elaborado por el Centro UC Derecho y Gestión de Aguas, que advierte este vacío y propone avanzar en nuevas formas de regulación. Algunas preguntas clave son:
Desde VALNOR creemos que la Región de Coquimbo puede liderar esta conversación a nivel nacional. Con un historial de escasez, innovación local en atrapanieblas y comunidades costeras comprometidas con la gestión hídrica, se dan las condiciones para diseñar pilotos normativos, ordenanzas municipales o incluso propuestas de ley que reconozcan a la niebla como una fuente hídrica legítima.
Esto permitiría, por ejemplo: